Venid a Mí y encontraréis descanso
Nos dice Jesús a los cansados y
agobiados, pues Dios es amor y como decía san Juan de la Cruz “El amor ni cansa ni se cansa” Durante
el año se acumula el trabajo, la tensión, los problemas, las relaciones
sociales, en ocasiones difíciles… un cansancio que va entrando. Pero el
cansancio puede ser profundo, espiritual, arraigado que no se va con
distracciones, sino que hay que tratarlo, curarlo, aplicarle los debidos
bálsamos. Por eso en vacaciones es una buena ocasión para darse buenos baños de
oración, buenas lecturas sobre la fe, para cuidar nuestra alma celebrando la
Eucaristía, recibiendo la penitencia tras un buen examen de conciencia en
reposada oración, tiempo para pasear en silencio rezando el rosario.
La persona manifiesta lo que hay dentro,
y no podemos curar bien el cansancio, la
herida, si no se sanea el interior. Puede que al principio suponga algo de
esfuerzo, pero es como el deporte, visitar a los amigos, hacer un viaje… todo
requiere un trabajo que después te enriquece y descansa. Con el trabajo no
tenemos tiempo relajado para Dios, pero en vacaciones sí. Nunca está
justificado perder el tiempo y eso no descansa. Lo que ayuda es recrearse con
el encuentro que enriquece, con amigos, con familia, con nuestro Dios y Padre,
con Jesucristo, por eso Él nos invita a acudir a Él para encontrar
el descanso que este mundo no puede darnos, un descanso que purifique
nuestra conciencia, que fortalezca nuestra voluntad, que haga arder nuestro
corazón para seguir luchando en la vida por proyectos de justicia, que estemos
al máximo en el impulso que el Espíritu Santo nos da.
Te propongo un plan de verano, reserva diariamente para Dios un buen
tiempo, el que puedas, el mejor, recuerda el primer mandamiento. Y en ese
tiempo piensa como mejor te puedes poner en manos de Dios, si rezando, leyendo
la Biblia, un libro que hable de Dios, de espiritualidad, un tiempo de
reflexión, el rezo del Rosario, la Santa Misa… lo que tú quieras, pero no lo
dejes a la improvisación o para cuando te aburras, no pierdas ocasión de
descansar en Cristo.
Y mejor todavía si tienes fe para creer
esto que Jesús nos dice y buscas unos días de retiro en un monasterio, en una
casa de ejercicios, en algunas hay organizados ejercicios espirituales con expertos en ejercitar tu alma y conducirla
a un profundo encuentro con el Señor. En la casa de Ejercicios de los
franciscanos de Santo Espíritu en Gilet, en Nuestra Señora de los Ángeles de
Javea o en cualquier lugar que ofrecen ejercicios para matrimonios, seglares…
yo te recomiendo Buena Fuente del Sistal, en Guadalajara hacia Teruel, es un
lugar perfecto con charlas, con un paraje y un clima bueno para el verano y sobre
todo con un monasterio donde puedes participar en las oraciones litúrgicas con
las monjas. Un potente lugar de recreo, de volver a dejarse crear por Dios.
Que el
descanso no sea un activismo consumista que engrose nuestra soberbia y
encoja nuestra alma, sino que sea un
encuentro con Dios y por él con los demás, quitando el agobio de las prisas
y la ambición.
Arturo
Javier García
Vuestro
Párroco
En la audiencia general el Santo Padre ha reflexionado
sobre el luto en familia.
Durante el recorrido de catequesis
sobre la familia, hoy tomamos directamente la inspiración en el episodio
narrado por el evangelista Lucas, que acabamos de escuchar (cfr Lc 7, 11-15).
Es una escena muy conmovedora, que nos muestra la compasión de Jesús por quien
sufre --en este caso una viuda que ha perdido a su único hijo -- y nos muestra
también el poder de Jesús sobre la muerte.
La muerte es una experiencia que
afecta a todas las familias, sin ninguna excepción. Forma parte de la vida y,
cuanto toca los afectos familiares, la muerte nunca nos parecerá natural. Para
los padres, sobrevivir a los propios hijos es algo particularmente desgarrador,
que contradice la naturaleza elemental de las propias relaciones que dan
sentido a la familia misma. La pérdida de un hijo o de una hija es como si
parase el tiempo: se abre un abismo que se traga el pasado y también el futuro.
La muerte, que se lleva al hijo
pequeño o joven, es una bofetada a las promesas, a los dones y sacrificios de
amor alegremente entregados a la vida que hemos hecho nacer. Tantas veces
vienen a misa a Santa Marta padres con la foto de un hijo, una hija, niño,
muchacho, muchacha y me dicen: “se fue”.
La mirada tiene tanto dolor. La
muerte toca y cuando es un hijo toca profundamente. Toda la familia queda como
paralizada, enmudecida. Y algo similar sufre el niño que se queda solo, por la
pérdida de un padre, o de ambos. Esa pregunta: -“¿Dónde está papá?” “¿Dónde
está mamá?”.
-Está en el cielo.
-“¿Pero por qué no lo veo?”.
Esta pregunta que cubre una
angustia en el corazón del niño o la niña. Se queda solo. El vacío del abandono
que se abre dentro de él es aún más angustiante por el hecho que no tiene ni
siquiera la experiencia suficiente para dar un nombre a aquello que ha
sucedido. “¿Cuándo vuelve papá?” “¿Cuándo vuelve mamá?” ¿Qué se responde? Y el
niño sufre. Y así es la muerte en familia.
En estos casos la muerte es como
un agujero negro que se abre en la vida de las familias y al que no sabemos dar
ninguna explicación. Y a veces se llega incluso a culpar a Dios. Pero cuánta
gente, yo les entiendo, se enfada con Dios, blasfema, “¿por qué me has quitado
al hijo, la hija? Pero Dios no está, no existe. ¿Por qué ha hecho esto?”.
Muchas veces hemos escuchado
esto, pero esta rabia es un poco lo que viene del corazón, del dolor grande. La
pérdida de un hijo, una hija, del papá, de la mamá, es un gran dolor. Y esto
sucede continuamente en las familias. En estos casos la muerte es como un
agujero.
Pero la muerte física tiene
“cómplices” que son también peores que ella, y que se llaman odio, envidia,
soberbia, avaricia; en resumen, el pecado del mundo que trabaja para la muerte
y la hace aún más dolorosa e injusta. Los afectos familiares aparecen como las
víctimas predestinadas e indefensas de estos poderes auxiliares de la muerte, que
acompañan la historia del hombre.
Pensemos en la absurda
“normalidad” con la cual, en ciertos momentos y en ciertos lugares, los eventos
que añaden horror a la muerte son provocados por el odio y la indiferencia de
otros seres humanos. ¡El Señor nos libre de acostumbrarnos a esto!
En el pueblo de Dios, con la
gracia de su compasión donada en Jesús, muchas familias demuestran con los
hechos que la muerte no tiene la última palabra. Y esto es un verdadero acto de
fe. Todas las veces que la familia en luto --también terrible-- encuentra la
fuerza de cuidar la fe y el amor que nos unen a los que amamos, impide ya
ahora, a la muerte, llevarse todo.
La oscuridad de la muerte se
afronta con un trabajo más intenso de amor. “¡Dios mío, aclara mis tinieblas!”,
es la invocación de la liturgia de la noche. En la luz de la Resurrección del
Señor, que no abandona a ninguno de los que le ha confiado el Padre, podemos
quitar a la muerte su “aguijón” como decía el apóstol Pablo (1 Cor 15,55);
podemos impedir que nos envenene la vida, hacer vanos nuestros afectos,
hacernos caer en el vacío más oscuro.
En esta fe, podemos consolarnos
el uno al otro, sabiendo que el Señor ha vencido a la muerte una vez por todas.
Nuestros seres queridos no han desaparecido en la oscuridad de la nada: la
esperanza nos asegura que ellos están en las manos buenas y fuertes de Dios. El
amor es más fuerte que la muerte.
Por esto el camino es hacer
crecer el amor, hacerlo más sólido, y el amor nos cuidará hasta el día en el
que la lágrima será secada, cuando “no habrá más muerte, ni luto, ni lamento,
ni pena” (Ap 21,4). Si nos dejamos sostener por esta fe, la experiencia del
luto puede generar una más fuerte solidaridad de los vínculos familiares, una
nueva apertura al dolor de otras familias, una nueva fraternidad con las
familias que nacen y renacen en la esperanza. Nacer y renacer en la esperanza,
esto nos da la fe.
Pero yo quisiera subrayar la
última frase del Evangelio que hoy hemos escuchado. Después que Jesús trae de
nuevo a la vida a este joven, hijo de la mamá que era viuda, dice el Evangelio:
“Jesús lo devolvió a su madre”. ¡Y ésta es nuestra esperanza! ¡Todos nuestros
seres queridos que se han ido, todos, el Señor los restituirá a nosotros y con
ellos nos encontraremos juntos y esta esperanza no decepciona! Recordemos bien
este gesto de Jesús; “Y Jesús lo restituyó a su madre”. ¡Así hará el Señor con
todos nuestros seres queridos de la familia!
Esta fe, esta esperanza, nos
protege de la visión nihilista de la muerte, como también de las falsas
consolaciones del mundo, de modo que la verdad cristiana no “corra el riesgo de
mezclarse con mitologías de varios géneros cediendo a los ritos de la
superstición, antigua o moderna” (Benedicto XVI, Ángelus del 2 de noviembre
2008).
Hoy es necesario que los Pastores
y todos los cristianos expresen de manera más concreta el sentido de la fe en
relación a la experiencia familiar del luto. No se debe negar el derecho al
llanto - ¡debemos llorar en el luto! También Jesús “rompió a llorar” y estaba
“profundamente turbado” por el grave luto de una familia que amaba (Jn
11,33-37).
Podemos más bien tomar del
testimonio simple y fuerte de tantas familias que han sabido captar, en el
durísimo pasaje de la muerte, también el seguro pasaje del Señor, crucificado y
resucitado, con su irrevocable promesa de resurrección de los muertos. El
trabajo del amor de Dios es más fuerte del trabajo de la muerte. ¡Es de aquel
amor, es precisamente de aquel amor, que debemos hacernos “cómplices” activos
con nuestra fe!
Y recordemos aquel gesto de
Jesús: “Y Jesús lo restituyó a su madre”, así hará con todos nuestros seres
queridos y con nosotros cuando nos encontraremos, cuando la muerte será
definitivamente vencida en nosotros. Ella está vencida por la cruz de Jesús.
¡Jesús nos restituirá en familia a todos! Gracias.
AGENDA PARROQUIAL –
AVISOS
Liturgia de las Horas
Semana XII del Tiempo Ordinario - IV
Semana del Salterio-
Amonestación
Sergio Almonacil Segura, soltero, mayor de edad, natural y vecino
de Turís y feligrés de la parroquia Natividad de Nuestra Señora hijo de Emilio
y Carmen, desea contraer matrimonio con:
María José Sánchez Hernández, soltera, mayor de edad, natural y
vecina de Torrent, feligresa de Nuestra Señora del Monte Sión, hija de Juan
José y María José.
Si alguien conoce algún impedimento para que realice este
matrimonio, tiene deber moral de comunicarlo.
Colecta
Extraordinaria para las deudas de la Parroquia y Otros ingresos
Nuevos resultados Colecta Extraordinaria para
deudas y reparación de la Cúpula
Mes
|
Junio
|
Mayo
|
Abril
|
Marzo
|
Febrero
|
Enero
|
Diciembre
|
Resultado
|
823’7
|
704’50
|
1.645’77
|
697’20
|
920
|
751’30
|
1.113’54
|
La próxima colecta será la del día 5 de julio. Muchas gracias.
Del cepillo de la cúpula se han recogido 115 € más, tenemos
1.700’77 falta un poco más de 8.000. Muchas gracias. Agradecemos la ayuda ya
aprobada de la Caja Rural de Turís 1.500 para la primera fase y otros 1.500
para la segunda fase.
¡Tú donativo es importante! Que Dios os lo pague.
Donativo
Primeras comuniones y Confirmación.
Los padres de los niños de primera comunión han dado un donativo
de 1.095.€. Y 220 de Confirmaciones. Muchas gracias.
Colecta
Corpus Cáritas Diocesana
En la colecta del pasado domingo, día del Corpus, en la colecta
para Cáritas diocesana se recogió:
Año
|
2015
|
2014
|
2013
|
2012
|
2011
|
2010
|
2009
|
Colecta Cáritas Corpus
|
1.150’4
|
1.129’8
|
1.056
|
2.053
|
1.713
|
1.800’65
|
1.078´45
|
Gracias por vuestra generosidad, que Dios os lo pague.
Preparación
Bautizos
El viernes 26 a las 20 horas en Cáritas.
XL HORAS
Miércoles 24, inician a las 5,00 h, hasta jueves, 26 a las 21,00
h. Es una buena ocasión para rezar por la parroquia, por la catequesis, por la
el campamento, por las vocaciones sacerdotales y religiosas, por tu familia,
por la conversión de todos y el aumento de nuestra fe; no dejes de asistir todo
lo que puedas.
INTENCIONES DE MISA
Del
22 al 28 de Junio de 2015
-Lunes, 22:
Sto Tomás Moro –Mártir-
18,30 h.
Santo Rosario
19,00 h. Santa Misa. Suf. Arturo Crespo Palmero. Suf. Baldomero Luján Martínez
-Martes, 23
18,30 h. Santo Rosario
19,00
h. Santa Misa Vespertina de San Juan Bautista
Suf. José Lozano, Amparo Llopis e hijo
Francisco. Suf. Roberto Sastre. En petición de una gracia a la Virgen Milagrosa
y a la Virgen de los Dolores.
-Miércoles,
24: San Juan Bautista (Inician las XL HORAS)
18,30 h. Santo Rosario
19,00
h. Santa Misa: “Solemnidad de San Juan Bautista”
Suf. Juan Antonio Muñoz y abuelos. Suf.
Bautista Higón Iranzo. Suf. Bautista Añón, Maruja Peydró e hijo Pepe. En acción
de gracias.
-Jueves, 25
19,30 h. Santo Rosario
20,00
h. Santa Misa.
Suf. Familia Castelló Martínez. Suf.
Rafael Martínez. Suf. Maria Aparisi e
hijo Rafael. Suf. Fidela Borras Follasia.
21,00
h. Reserva -Final de las XL Horas-
-Viernes, 26:
San Pelayo
9,00
h. Santa Misa en la Ermita V.D.G.
-Sábado, 27
18,00 h. BAUTISMO: Ángel Ballesteros
Merino
19,15 h. Ejercicio vespertino: Sabatina
19,30
h. Santa Misa vespertina: Domingo XIII del Tiempo Ordinario
Suf. Mª Edelmira Corbera Casañy y
difuntos de la familia. Suf. Vicente López Lozano. Suf. Rosario Ibáñez Llopis.
Suf. José Tarín, Vicenta Baixauli y Filo Igual Pérez. Suf. Leonardo Benaches,
Esperanza Almela y sus hijos Leonardo y Esperanza. Suf. Vicente Iranzo y Ana y
Dolores Almela. Suf. Pilar Crespo y Enrique Añón. Suf. Ricardo Guaita y Dolores
Puchades. Suf. Andrés Centelles y sus padres.
Domingo, 21:
Domingo XIII del Tiempo Ordinario
9,00
h. SANTA MISA.
Suf. Difuntos familia Añón Puchades. Suf.
Juan Boluda e Isabel Sanambrosio. Suf. María Torrelles Almonacil y Rafael
Torrelles Almonacil. .Suf. Carmen Picó Zafrilla y Francisco Zanón. Suf. Encarna Sanz Valiente
12,00 h SANTA MISA - PRO POPULO-
13,00 h.
BAUTISMO: Gala Muñoz Mas.
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