Santo Tomás de Valencia en Lima
Así se llama el colegio que Vicent Font, misionero
valenciano, instituyó en las afueras de Lima, en un barrio de invasión muy
pobre donde muchos niños no podían ir a ningún colegio por la rivalidad de dos
bandas de mafiosos en dos barrios vecinos. Con la ayuda de las madres consiguió
construir el colegio, y muchos benefactores que han permitido pagar a los
profesores e ir construyendo barracas de madera, poniendo luz y agua, vallando
el recinto…
Aún queda mucho por hacer pero ya tiene casi 500
alumnos. En este colegio están ayudando este verano un buen número de jóvenes,
algunos de Turís y allí iré yo próximamente unas semanas. La idea es apoyar a
los profesores, hacer actividades extraescolares, campamentos, formación para
padres, profesores, visitas, ayudar en la catequesis y en la liturgia de las
capillas de esa parroquia entre otras actividades como visitar a los otros
misioneros valencianos que están en Lima.
Son niños como los de aquí, con problemas parecidos,
pero hay una brutal diferencia de medios, de situaciones, de dureza de niños
que dejan el colegio para trabajar, no siempre bien nutridos, con muchas
carencias, no pueden aspirar a unas vacaciones en París, puede que no tengan ni
para el uniforme del colegio. Menos aún para actividades extraescolares como
las de aquí; tienen otras como cuidar los hermanos, ir a por agua, trabajar por
unos céntimos.
Lo más grande que van a recibir estos niños será estar
con ellos, jugar, cantar, correr con ellos. Puede que sus padres los vean poco,
si trabajan en Lima tardan horas en ir y volver. Son muy agradecidos y muy
educados. Entre todos se está dando a estos niños un nivel de educación y afecto
que quiere que no sea menos que el de otro colegio de Lima. Los mismos
profesores son un equipo implicado en el proyecto.
Nosotros podemos rezar por ellos, por los niños, los
profesores, los misioneros, los jóvenes voluntarios. Estos últimos siempre
vendrán diciendo que han encontrado mucho más de lo que han dado. Dios quiera y
sea para todos una gran experiencia. Siempre serán testigos directos del bien
que hace la Iglesia en el mundo.
Arturo Javier García
Vuestro
Párroco
El Papa asegura que “no es justo identificar el islam con la violencia”
El papa Francisco, en el viaje de regreso de Polonia, como es
costumbre, ha respondido a las preguntas de los periodistas que le acompañan en
el vuelo papal. Varios fueron los temas abordados. De este modo, el Santo Padre
habló de nuevo del terrorismo, del islam y de las religiones. También hizo
referencia a una posible mediación del Vaticano en la actual situación de
Venezuela. Además, aseguró encontrarse bien tras la caída que sufrió en la misa
de Czestochowa y explicó que fue porque estaba mirando a la Virgen y no se dio
cuenta del escalón.
Respecto a cómo ha vivido el viaje a Polonia, Francisco indicó que ha
visto que la gente polaca es “muy entusiasta” y que ha reecontrado la bondad de
los polacos que trabajaron donde estaba su padre y él conoció cuando era
pequeño. A propósito de las expresiones propias del lenguaje joven que ha
utilizado en sus discursos, el Santo Padre explicó que le gusta hablar y
escuchar a los jóvenes “Los jóvenes son inquietos, creativos y de allí tomo el
lenguaje y muchas veces debo preguntarles ¿qué cosa significa esto? Y ellos me
explican”, reconoció el Papa.
Los periodistas también le preguntaron sobre la situación de represión
en Turquía después del intento del golpe de Estado y por qué no se ha
pronunciado sobre lo sucedido en este país. Por eso, el Pontífice aseguró que
cuando ha tenido que “decir alguna cosa que no le gustaba a Turquía, pero de lo
cual estaba seguro, lo he dicho y con las consecuencias que ustedes conocen”.
Aquí se refería al uso de la palabra genocidio sobre Armenia. Pero sobre lo que
está viviendo ahora Turquía no ha hablado “porque no estaba seguro todavía con
las informaciones que he recibido sobre lo que sucede allí”.
Un periodista francés hizo referencia al asesinato del sacerdote
Jacques Hamel a mano de terroristas mientras celebraba misa. ¿Por qué cuando
usted habla de estos eventos violentos habla siempre de terroristas pero nunca
de islam, nunca utiliza la palabra islam? ¿Qué iniciativa concreta puede proponer
o sugerir para contrastar la violencia islámica?
De este modo, el Santo Padre indicó que no le gusta hablar de violencia
islámica, “porque todos los días cuando leo los diarios, veo violencia, aquí en
Italia, alguien que mata a la novia, otro que mata a la suegra. Y estos son
católicos bautizados, son católicos violentos”. Y añadió que si habla “de
violencia islámica, debo hablar de violencia católica y no, los islámicos no
todos son violentos, no todos los católicos son violentos”. Además, el Pontífice
aclaró que “no es justo identificar al islam con la violencia. No es justo ni
es verdad. He tenido un diálogo largo con el gran imán de la universidad Al
Azhar. Sé cómo piensan ellos, buscan la paz, el encuentro”.
En esta misma línea explicó el terrorismo “está en todo lados”, y crece
“cuando no hay otra opción, cuando al centro de la economía mundial está el
dinero y no la persona, el hombre y la mujer, esto ya es el primer terrorismo”.
Beato Ceferino Giménez Malla, «El Pelé» – 2 de agosto
Este hombre grande y humilde, que dio pruebas de su reciedumbre
espiritual, fiel defensor de la fe hasta derramar su sangre por ella en la
contienda española de 1936, ha sido el primer gitano beatificado. El 4 de mayo
de 1997 cuando Juan Pablo II lo encumbró a los altares, un reguero de júbilo se
extendió por los recodos del mundo, especialmente entre la raza calé, aunque el
gozo provenía de todos los lugares. Ese día el pontífice recordó que Ceferino
«supo sembrar concordia y solidaridad entre los suyos, mediando también en los
conflictos que a veces empañan las relaciones entre payos y gitanos,
demostrando que la caridad de Cristo no conoce límites de razas ni culturas».
Se cree que nació el 16 de agosto de 1861 en Benavent de Segriá,
Lérida, España, aunque fue bautizado en Fraga, Huesca. Así como sus padres
recibían el apodo de «el Tichs» y «la Jeseía», bien niño comenzó a ser conocido
como «el Pelé». En su ambiente el artículo que anteponían al nombre es signo de
llaneza, una costumbre enraizada en el tiempo que se encarna como algo natural.
Tan ordinario en su vida como el nomadismo cincelado en los humildes carromatos
que van llevándoles de un lado a otro. El escenario de su acontecer fueron los
caminos, las intrincadas y hermosas veredas de las montañas aragonesas, que
recorría con los canastillos fabricados por él para su venta. Así ayudaba a su
madre, que un día se despertó con un vacío en el lecho y en el corazón, porque
el cabeza de familia había abandonado a los suyos. Fue un tío, afincado en
Barbastro, quien enseñó al Pelé a realizar esa artesanía del mimbre, su primer
oficio. Y en esta localidad oscense se instaló con su madre y hermanos en 1880;
fue el lugar donde vivió hasta el fin de sus días.
Siguiendo la ley gitana se desposó por este rito con la catalana Teresa
Jiménez Castro, de su propia raza. Entonces tendría alrededor de 20 años.
Luego, en 1912, el matrimonio se efectuó dentro de la Iglesia católica. A ésta
le condujo un docente universitario, Nicolás Santos de Otto, que fue
instruyéndole en las verdades esenciales de la fe. Teresa, mujer trabajadora y
de empuje, había recibido una formación básica que le permitía manejarse con la
lectura y la escritura. En cambio Ceferino era analfabeto. Sensible y de gran
corazón supo comprender enseguida el alcance de lo que iba aprendiendo. Se
caracterizaba por su generosidad; los necesitados siempre encontraban en él una
mano amiga a la que acudían porque sus dádivas no les faltaban.
En la espléndida tierra de este hombre, honrado y cabal, germinaron las
semillas que habían depositado en él. Se fue vinculando a la Iglesia, y
progresivamente se acrecentó su devoción por la Eucaristía y por la Virgen
María. Mientras, su buen oficio como tratante de caballerías, haciendo negocios
por diversas localidades, le fue situando en un estatus económico de cierto
nivel. Como su esposa y él no tuvieron descendientes, adoptaron a una sobrina,
«la Pepita», ocupándose Teresa de que recibiese una formación que pocos de su
raza podían soñar entonces.
A Ceferino le tocó vivir en una época convulsa, dada a las rencillas,
que supo neutralizar promoviendo la paz y concordia entre sus conciudadanos y
los de pueblos vecinos. Acudían a él tanto los gitanos como los payos porque
todos le tenían conceptuado como un hombre de ley. Sin embargo, en un momento
dado fue injustamente acusado de un robo en el Vendrell y lo recluyeron en la
cárcel de Valls. Da idea del justo respeto que se había ganado y la alta
reputación que tenía, el clamor de su abogado, quien al defenderlo,
exclamó: «El Pelé no es un ladrón, es san Ceferino, patrón de los
gitanos». Su ejemplo era nítido y transparente, no daba lugar a dudas: acudía a
misa y rezaba el rosario diariamente, recibía la comunión con frecuencia y era
pródigo en su caridad. Le veían participar en los Jueves eucarísticos, la
Adoración nocturna, las Conferencias de San Vicente de Paúl y en la Tercera
Orden Franciscana, porque de todas estas asociaciones era miembro. También era
catequista de niños a los que transmitía esa sabiduría envidiable que poseen
las almas sencillas e inocentes como él. De modo, que el hecho de no tener
cultura no fue impedimento para que le acogiesen los que tuvieron la fortuna de
recibirla.
Pero a finales de julio de 1936, hallándose vivo el fragor de la
guerra, vio cómo un grupo de revolucionarios milicianos arrastraban a un
sacerdote por las calles. Contempló horrorizado el escarnio y, sin pensarlo dos
veces, salió en su defensa. De lo más hondo de sí mismo surgió esta
exclamación: «¡Virgen, ayúdame! ¡Tantos hombres armados contra un
sacerdote indefenso!». Por ese gesto bravío y justo, fue detenido y
encarcelado. El odio es ciego a todo respeto; no entiende de edad. Ceferino
tenía entonces 75 años; no era un niño. Pero los milicianos iban a pasar por
alto este y otros extremos porque la sinrazón que acompaña a la barbarie es
así. Y viendo que llevaba un rosario en el bolsillo, como se hacía con los
primeros mártires de la fe quisieron negociar su vida; le ofrecieron la
libertad si se comprometía a dejar de rezarlo. El beato se negó en redondo,
aunque sabía que con ello daba paso a su muerte.
Por poco tiempo compartió el minúsculo espacio de 5 metros cuadrados
habitado por el terror de ordinario, y por la esperanza de las quince personas
que le acompañaron en esos postreros instantes, encaminándose junto a él a
obtener la palma del martirio. Y en Barbastro, la madrugada del día 2 o del 9
de agosto, le condujeron al cementerio fusilándole junto a las tapias. Sus
últimas y triunfantes palabras martiriales, pronunciadas con el rosario entre
las manos, fueron: «¡Viva Cristo Rey!». Junto a él ajusticiaron a veinte
presos más, perdiendo la vida entonces los tres superiores del seminario
claretiano, quienes regían la iglesia a la que acudía Ceferino.
AGENDA PARROQUIAL – AVISOS
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Liturgia
de las Horas
Domingo XIX del Tiempo Ordinario- C – III Semana del Salterio
Amonestación
Victor Javier Martínez Sancho,
de estado soltero, mayor de edad, natural y vecino de Turís, feligrés de la
Natividad de Nuestra Señora, hijo de Salvador y Cristina,
Desea contraer canónico
matrimonio con:
Laura Silvestre Cardells,
soltera, mayor de edad, natural y vecina de Turís, feligresa de Natividad de
Nuestra Señora, hija de Manuel y Mari Carmen.
Si alguien tiene conocimiento de
algún impedimento para que se celebren estos matrimonios tiene obligación moral
de advertirlo.
Turnos, 4: de limpieza
parroquial
Calles: Corts Valencianes y Juan
Bautita Soler
Responsables: Carmen Fiñoll y Anita Lozano
INTENCIONES DE MISA
Del 8 al 14 de Agosto
de 2016
-Lunes, 8
9,00 h. Santa Misa: En
acción de gracias al Señor. Suf. Julia Giménez
Laura Filiberto. Suf. Ana Añón Sancho y familia Crespo Añón.
-Martes, 9
18,30 h.
Santo Rosario
19,00 h. Santa Misa Suf. Felipe Añón Puchades. Suf. Isabel Fons
García y Francisco Lozano Fons. Suf. Vicente Lozano Soucase, padres Vicente y
Anita.
-Miércoles, 10
18,30 h.
Santo. Rosario
19,00 h. Santa Misa.
-Jueves, 11
18,30 h.
Santo. Rosario
20,00 h. Sta. Misa y
Exposición Stmo.
19,00 h. Santa Misa.
-Viernes, 12
18,30 h.
Santo. Rosario
19,00 h. Santa Misa.
-Sábado, 14:
19’45 Sabatina
20,00 h. Santa Misa vespertina
del domingo XIX
Suf. Juan Almonacil Lozano y Maruja Quiles Ruiz. Suf. Ana
Pérez Juan. Suf. María Sancho Pascual. Suf. Diego González Talaya. Suf. Julia
Giménez Maravella. Suf. Vicenta Marchuet y Joaquín Baixauli. Suf. Vicente
Soucase Nacher y su nieta María Ricau.
-Domingo, 14
9,00 h. Santa Misa –Pro-populo-
20,00 h. Santa Misa Vespertina de la Asunción de la
Virgen al Cielo. Suf. Carmen Barberá Mónleón y sus padres Carmen y
Salvador.
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