Toda
una vida dedicada a la ebanistería, a la que se dedicó durante 45 años, y casi media dedicada a la construcción del
bargueño más grande del mundo. Un gran escritorio con cajones al estilo de los
que se elaboraban entre los siglos XVII y XVIII y que ha ocupado el tiempo
libre de Salvador Selva durante 26 años.
Pretende
ser una réplica del más grande del mundo, el Badminton Cabinet, que perteneció
al duque de Beufort, titular de la mansión solariega de Badminton, y su año de
construcción parece que fue 1726 siendo encargado en Florencia por el tercer
titular de aquella dinastía británica, Henry.
Sin
embargo, este mueble valenciano mantiene notables diferencias con el Badminton
que lo hacen peculiar, como el gran remate del que tan orgulloso se siente
Salvador Selva para el que ha moldeado el escudo de Valencia y, sobre él y a
cada lado, el de Turís y el de la Generalitat. “De esa manera represento los
lugares donde en 1990 empecé la construcción del bargueño (Valencia) y donde lo
acabé en 2016 (Turís)”.
El
mueble, que durante estos días se ha expuesto en el restaurante La Font y ha
recibido la visita de los escolares, es realmente impresionante por su tamaño y
por su belleza. Es, sin lugar a dudas, una obra de arte elaborada al más puro
estilo artesano. “Además de ser un homenaje a los poblados marítimos, de donde
procedo, es también un reconocimiento a todas las labores artesanas
relacionadas con la carpintería y que por desgracia se están perdiendo”,
explica el artífice del bargueño.
Cada
centímetro de madera que lo compone ha sido tratado con sumo cuidado y esmero,
de manera que el gran tamaño no es óbice para que presente un minucioso acabado
fruto de la pasión y el cariño por su trabajo.
“Cuando
era pequeño ya soñaba con hacer un gran mueble con tallas, marquetería y pan de
oro”, asegura Salvador. El sueño se ha
hecho realidad y mide unos cuatro metros de alto por casi tres de ancho y 0’80
de fondo con pan de oro en molduras y dibujos en los cajones diseñados ex
profeso por Salvador que representan pájaros y motivos florales, auténticas
joyas de marquetería. Se combinan maderas muy caras como el palo rojo, nogal,
olivo, chapas de todas clases para marquetería y “todo ello lleva un faenón
enorme. Todo hecho a mano incrustando madera dentro de madera”, resalta Selva
orgulloso por su trabajo.
Respecto
al valor que puede adquirir no se atreve a ponerle precio, “es una obre
totalmente artesanal y única que valdrá miles de euros.
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