Héctor, el tercero por la izquierda, con su grupo de trabajo. |
Enrique Mora Fortaña
El premio Nobel
de Física de este año, que ha sido concedido a la detección de las ondas
gravitacionales, va a tener una pequeña porción turisana gracias a la
aportación del joven Héctor Estellés Estrella, que actualmente trabaja en la
Universidad de les Illes Balears, para el Grupo de Relatividad y Gravitación. Único
equipo español que ha participado en este hito científico a través de la colaboración
internacional LIGO (Laser Interferometric Gravitational waves Observatory),
cuyos fundadores Rainer Weiss, Kip S.Thorne y Barry B. Barish han sido los
ganadores del premio Nobel de Física.
Estellés es una
de las quince personas que dentro del Grupo de Relatividad se dedican al
proyecto LIGO y están dirigidos por la doctora Alicia Sintes, que lleva desde
el 97 en la colaboración (cuando se fundó la LSC: LIGO Scientific
Collaboration), y el doctor Sascha Husa.
El joven físico
turisano explica que “el premio es exclusivamente a los tres fundadores, pero
el descubrimiento de las ondas gravitacionales ha sido posible tras el trabajo
de muchísima gente de la colaboración, por eso nos da tanta alegría este
reconocimiento. En el despacho vimos la nominación del Nobel en directo por
internet, y abrimos unas cuantas botellas de cava”.
Pertenece al
grupo desde octubre del año pasado, por lo que no estuvo presente en la primera
detección de las ondas (se han realizado cuatro). “La primera detección se hizo pública el 11
de febrero de 2016. Seguí la rueda de prensa a través de internet, de la LIGO
Scientific Collaboration, y me interesó mucho el tema, entonces vi que el único
grupo que se dedicaba en España era el de Mallorca y me vine hacia aquí sin
pernsármelo dos veces”, nos comenta.
“Estoy muy
satisfecho de pertenecer a LIGO y poder trabajar en lo que me gusta aportando
mi granito de arena para entender mejor el universo”, asegura el joven físico
turisano.
Tanto el premio
Princesa de Asturias como el actual Nobel contribuirán a “fomentar un campo
relativamente nuevo que tiene un futuro prometedor”.
Preguntado
sobre el asunto en sí, y para hacerlo comprensible al común de los mortales,
Héctor nos explica sobre este campo de estudio que “en muchos sitios se compara
a LIGO con la invención del telescopio por parte de Galileo: el inicio de una
nueva astronomia, una nueva forma de observar el universo que antes no teníamos
y que nos ayuda a entenderlo mejor”.
Sin duda, un
logro realmente apasionante que dignifica y enaltece al ser humano por su
entrega al estudio de nuestro entorno y a su comprensión. Y gracias al cual ya
se está obteniendo valiosa información del universo.
Así lo explica
Héctor Estellés: “recientemente se hizo pública una nueva detección, dos estrellas
de neutrones fusionándose a 140 millones de años luz de distancia de la tierra.
Esta detección se pudo realizar además, de con ondas gravitacionales, con todo
el espectro electromagnético (ondas de radio, rayos X, rayos gamma..) y todo
ello con la ayuda de más de 70 telescopios. Los datos de ambos medios, ondas
gravitacionales y electromagnéticas, han permitido resolver varios misterios
astrofísicos como por ejemplo la presencia de metales pesados como el oro en el
universo”
Además, “detectar
fuentes astrofísicas con ondas gravitacionales permite medir distancias en el
universo, conocer la población de agujeros negros y demás, dando información
sobre el ciclo de vida de las estrellas”. Y por si no fuera poco, “en un
futuro, cuando tengamos detectores mucho más precisos, podremos
"escuchar" los primeros instantes del universo gracias a las ondas
gravitacionales”. Ahí queda eso.
¡Enhorabuena!
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