Jesús se juntaba con los pecadores
La imprudencia nos puede hacer caer en la
ilusión de decir que no tenemos pecado sin darnos cuenta que si fuese así: como
dice san Pablo, hacemos mentiroso a Cristo, y nos privamos de su misericordia.
Cristo cargó con nuestros pecados para
nuestra salvación, nos ha redimido, si no hay pecados ya no tenemos nada que
ver con él, como le dirá a Pedro ante el lavatorio de los pies. El pecado es
todo lo que nos separa de Dios. Cristo ha dejado el cielo para encontrarse con
nosotros porque desde el Pecado Original estamos lejos. Pero no hay encuentro
sin nuestra búsqueda de Jesús, es un buscarse y un encuentro mutuo. Si no sentimos
hambre no hacemos por comer, si nos creemos limpios no nos lavamos, si nos
creemos sin pecado no buscamos encontrarnos con Dios y seguimos lejos de Él,
sin la salvación, pues nos salva nuestra amistad con Cristo, estar unidos a Él,
como el sarmiento a la vid; pues no nos salvamos por nuestras obras, sino que
la salvación nos la regala Dios.
Pongámonos en oración, hagamos examen de
conciencia, pidamos a Dios un verdadero conocimiento de nuestros pecados y de
su misericordia. Confesemos nuestros pecados y recibamos la absolución. Cumplir
la penitencia es un acto liberador. No perdamos ocasión de pedir perdón, de
recibir el abrazo del Padre que no quiere que nada nos separe de su amor.
Pensemos que Cristo nos ama cargando con
nuestros pecados en la cruz, librándonos de su peso, reconciliándonos con el
Padre, es su, manera de ayudarnos a todos. Lo dice con toda solemnidad en la
Última Cena, “Para el perdón de los pecados”. El orgullo es la condena, las
cadenas que nos privan de Dios, de su amor. Seamos humildes dejemos a Cristo
que nos salve, que nos ame, que pague por nuestros pecados. La alegría de la
reconciliación es perfecta, nos llena de plenitud. Para eso ha venido Cristo y
para eso nos predica, muere, resucita “Para que estéis alegres y vuestra alegría
llegue a plenitud”.
Luego la alegría no es consecuencia de
que parezcas perfecto, cosa frustrante pues no lo puedes ser; ni de que tengas
un gran prestigio, que te puede separar de los demás y esclaviza por el miedo a
perderlo, solo Dios hace libre; ni en ser muy rico para no sufrir nunca, los
ricos también lloran y no todo se compra con dinero, normalmente lo más
importante no; la alegría no está en dar muchos placeres al cuerpo, no pocas
veces se sufre largamente por supuestos placeres que nos dimos.
Cristo muere sufriendo, solo,
desprestigiado, pobre… la cruz es la salvación del hombre, y el camino de los
cristianos y en la humildad del que se sabe necesitado, pobre ante Dios, ahí
encontramos una alegría que supera toda cruz.
¡No pierdas ocasión para confesar tu
pecado, pide a Dios que ilumine tu conciencia, y llenate de la gracia, de la
alegría que Dios te da en su misericordia al precio de su cruz, que es amor
puro par ti, lo único que de verdad sacia el alma!
Arturo
Javier García
Vuestro
Párroco
Cuidado con el desinterés y la aridez en el matrimonio
Ciudad del Vaticano, 13 de mayo
de 2015 (ZENIT.org)
Queridos hermanos y hermanas,
¡buenos días! La catequesis de hoy es como una puerta de entrada para una serie
de reflexiones sobre la vida de la familia, su vida real, con sus tiempos y sus
circunstancias. Sobre esta puerta de entrada están escritas tres palabras, que
ya he utilizado varias veces. Y estas palabras son: permiso, gracias, perdón.
De hecho, estas palabras abren el camino para vivir bien en la familia. Son
palabras sencillas, pero no tan sencillas para poner en práctica. Encierran una
gran fuerza: la fuerza de cuidar la casa, también a través de miles de
dificultades y pruebas; sin embargo su falta, poco a poco abre grietas que
pueden incluso hacerla caer.
Nosotros las entendemos
normalmente como las palabras de la “buena educación”. Está bien. Una persona
bien educada pide permiso, da las gracias y pide perdón si se equivoca. Porque
la buena educación es muy importante. Un gran obispo, san Francisco de Sales,
solía decir que “la buena educación es ya mitad de santidad”. Pero, atención,
en la historia hemos conocido también un formalismo de las buenas maneras que
se puede convertir en máscara que esconde la aridez del alma y el desinterés
por el otro. Se suele decir: "Detrás de muchas buenas maneras se esconden
malas costumbres”. Ni siquiera la religión es inmune a este riesgo, que desliza
el cumplimiento formal en la mundanidad espiritual.
El diablo que tienta a Jesús
ostenta buenas maneras --pero es realmente un señor, un caballero-- y cita las
Sagradas Escrituras, parece un teólogo. Su estilo parece correcto, pero su
intento es desviar de la verdad del amor de Dios. Nosotros sin embargo
entendemos la buena educación en sus términos auténticos, donde el estilo de
las buenas relaciones está firmemente arraigado en el amor del bien y en el
respeto del otro. La familia vive de esta finura del querer bien.
La primera palabra es permiso. Cuando
nos preocupamos por pedir gentilmente eso que quizá creemos que merecemos,
ponemos una defensa real en el espíritu de la convivencia matrimonial y
familiar. Entrar en la vida del otro, también cuando forma parte de nuestra
vida, pide la delicadeza de una actitud no invasiva, que renueva la confianza y
el respeto. La confianza no autoriza a dar todo por descontado. Y el amor,
cuanto más íntimo y profundo es, más exige el respeto de la libertad y la capacidad
de esperar que el otro abra la puerta de su corazón. A propósito de esto,
recordamos esa palabra de Jesús en el libro del apocalipsis: "Mira que
estoy en la puerta y llamo. Si alguno escucha mi voz y me abre la puerta, yo
iré con él, cenaré con él y él conmigo". ¡También el Señor pide permiso
para entrar! No lo olvidemos. Antes de hacer algo en la familia, ¿permiso?
¿puedo hacerlo? ¿te gusta que lo haga así? Ese lenguaje verdaderamente educado,
pero lleno de amor. Y esto hace mucho bien a las familias.
La segunda palabra es gracias.
Muchas veces podemos pensar que nos estamos convirtiendo en una civilización de
malas maneras y malas palabras, como si fuera un signo de emancipación. Las
escuchamos decir muchas veces también públicamente. La gentileza y la capacidad
de dar las gracias son vistas como un signo de debilidad, a veces suscitan
incluso desconfianza.
Esta tendencia se contrasta en el
mismo seno de la familia. Debemos ser intransigentes sobre la educación en la
gratitud, en el reconocimiento: la dignidad de las personas y la justicia
social pasan ambas por aquí. Si la vida familiar descuida este estilo, también
la vida social lo perderá. La gratitud, además, para un creyente, está en el
corazón mismo de la fe: un cristiano que no sabe dar las gracias es uno que se
ha olvidado del lenguaje de Dios. ¡Escuchad bien eh! Un cristiano que no
sabe agradecer es uno que ha olvidado del lenguaje de Dios. ¡Es feo esto,
eh!
Recordamos la pregunta de Jesús cuando
sanó diez leprosos y solo uno de ellos volvió para darle las gracias. Una vez
escuché de una persona anciana, muy sabia, muy buena, sencilla, pero con esa
sabiduría de la piedad, de la vida… “La gratitud es una planta que crece
solamente en la tierra de las almas nobles”. Esa nobleza del alma, esa gracia
de Dios en el alma que empuja a decir: Gracias a la gratitud. Es la flor de un
alma noble.
Y la tercera palabra es “perdón”.
Palabra difícil, sí, pero también necesaria. Cuando falta, pequeñas grietas se
engrandecen ---aún sin quererlo-- hasta convertirse en fosas profundas.
No por nada, en la oración
enseñada por Jesús, el “Padre nuestro” que resume todas las preguntas
esenciales de nuestra vida, encontramos esta expresión: "Perdona nuestras
ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden". Reconocer
haber faltado, y estar deseoso de restituir lo que se ha quitado --respeto,
sinceridad, amor-- nos hace dignos del perdón. Y así se para la infección. Si
no tenemos capacidad de pedir perdón, quiere decir que tampoco somos capaces de
perdonar. En la casa donde no se pide perdón empieza a faltar el aire, las
aguas se estancan. Muchas heridas de los afectos, muchas laceraciones en las
familias comienzan con la pérdida de esta palabra preciosa: perdón. En la vida
matrimonial se pelea muchas veces, también “vuelan los platos”, pero doy un
consejo: no terminen el día sin hacer las paces. Escuchad bien. ¿Habéis peleado
marido y mujer? ¿Hijos con padres? ¿Habéis peleado fuerte? No está bien pero no
es el problema: el problema es que este sentimiento no esté al día siguiente.
Por eso, si han peleado, no hay que terminar nunca el día sin hacer las paces
en familia. ¿Y cómo debo hacer las paces? ¿Ponerme de rodillas? ¡No! Solamente
un pequeño gesto, una cosita así. ¡Y la armonía familiar vuelve, eh! ¡Basta una
caricia! Sin palabras. Pero nunca terminar el día en familia sin hacer las
paces. ¿Entendido? ¡No es fácil, eh! Pero se debe hacer. Y con esto la vida
será más bella.
Estas tres palabras-clave de la
familia son palabras sencillas, y quizá en un primer momento nos hacen sonreír.
Pero cuando las olvidamos, no hay nada de que reír ¿verdad? Nuestra educación,
quizás, las descuida demasiado. El Señor nos ayude a volverlas a poner en el
lugar exacto, en nuestro corazón, en nuestra casa, y también en nuestra
convivencia civil. Y ahora invito a repetir todos juntos estas tres palabras:
“permiso, gracias, perdón”… ¡todos juntos! “permiso, gracias, perdón”. Son tres
palabras para entrar realmente en el amor de la familia, para que la familia
quede bien. Ahora, repetir ese consejo que he dado, todos juntos: nunca
terminar la jornada sin hacer las paces. Todos. “Nunca terminar la jornada sin
hacer las paces”. Gracias.
AGENDA PARROQUIAL – AVISOS
Liturgia de las Horas
Semana VII de Pascua – III semana
del Salterio
Nuevos
resultados Colecta Extraordinaria Para las reparación de la Cúpula
Mes
|
Mayo
|
Abril
|
Marzo
|
Febrero
|
Enero
|
Diciembre
|
Noviembre
|
Resultado
|
704.50
|
1.645’77
|
697’20
|
920
|
751’30
|
1.113’54
|
904’95
|
La próxima colecta será la del día 31 de mayo. Muchas gracias.
Del cepillo de la cúpula se han recogido 40 € más, tenemos
1.685’77 falta un poco más de 8.000. Muchas gracias.
Colecta
Nuevos Templos
Año
|
2015
|
2014
|
2013
|
2012
|
2011
|
2010
|
2009
|
Resultados
|
600’00
|
656’29
|
460’40
|
615.15
|
774’65
|
522’30
|
660’00
|
Gracias por vuestra generosidad, que Dios os lo pague.
Para Valencia Misionera se han recogido 195 €. El año pasado
fueron 170. Muchas gracias.
Encuentro de
Agentes de pastoral en el Verbum Dei de Siete Aguas
El próximo sábado día 30 de mayo en el Verbum Dei de Siete Aguas
Declaración
de la Renta
En este tiempo en que hacemos la declaración con viene recordar la
X para la Iglesia, que es compatible con la otra cruz. Recuérdaselo a los que
hacen renta, a tus hijos, a tus amigos… no les cuesta nada y hacen mucho bien.
-Catecumenado
3º
Martes, 19: A las 22 h. en la sala de caritas.
-Itinerario
Diocesano de Evangelización
-Miércoles, 20: I.D.R. Catecumenado. Sala de Cáritas a las 22
horas. 3 tema.
-Catequesis
de Infancia
De lunes 18 a jueves 21 preparación de la primera comunión a las
17’30
Jueves 21 a las 20 horas celebración de la penitencia par padres,
familiares y niños de primera comunión.
Viernes, 22: A las 16 h. Catequesis de 1º en la Ermita.
Domingo, 24: A las 12 Celebración de la primera comunión.
-Juniors
Sábado, 23: A las 17 h. en la Ermita y Sta. Misa a las 19,30 h. en
la Parroquia.
-Turnos: 3:
de limpieza parroquial
Calles: Pi Gros y La
Seba
Responsables: Carmen
Diana y Milagro González.
INTENCIONES DE MISA
Del
18 al 24 de Mayo de 2015
-Lunes, 18
18,30 h.
Santo Rosario
19,00 h. Santa Misa.
-Martes, 19
18,30 h.
Santo Rosario
19,00
h. Santa Misa:
-Miércoles, 20:
18,30 h. Santo Rosario
19,00
h. Santa Misa. Suf. Arturo Crespo Palmero.
-Jueves, 21:
18,30 h. Santo Rosario
19,00
h. Santa Misa y Exposición Santísimo: Suf. Jesús
Fons y Filomena Lacalle. Suf. Rafa Algarra Algarra.
-Viernes, 22
9,00
h. Santa Misa en la Ermita V.D.G. Suf. Bautista
Soucase y Pilar Pastor.
-Sábado, 23
18’00
Boda: Vicente Asensio Miguel y Cristina Ferrer
Sáez.
19,15 h. Ejercicio vespertino: Sabatina
19,30
h. Santa Misa vespertina: Pentecostés
Suf. María Edelmira Corberá Casañ y
difuntos de la familia. A intención
de Joaquín Almonacil Contreras y Lola Baixauli Marchuet. Suf. Baldomero Lujan
Martínez. Suf. María Puchades López y padres Pascual y María. Suf. Rafael
Algarra Algarra. Suf. Robero Sastre.
Domingo 24: Pentecostés
9,00
h. Santa Misa. Suf. Juan Vicente Soucase Añón.
Suf. José Lozano, Amparo Llopis e hijo Francisco.
12,00
h SANTA MISA - PRO POPULO- PRIMERAS COMUNIONES.
14’00 Bautizo: Héctor Ochando Martínez
No hay comentarios:
Publicar un comentario