Desde el embarrado desierto más
árido del mundo
Desde la parroquia de Alginet y
del Pilar de Valencia partieron dos misioneros, Enrique y Antonio a la diócesis
de Copiapó en Chile, y aquí estoy visitándoles, pues han venido enviados por
nosotros para cumplir el encargo que todos, también tú, hemos recibido de
Cristo: id al mundo entero a anunciar el Evangelio.
Justo han vivido unas
circunstancias del todo inusuales; en especial el pasado 25 de marzo, día de la
Encarnación, sufrieron una terrible riada con aluvión de barro, en un tiempo en
que nunca llueve, y aquí llueve como cada siete años en este tiempo aquí de
invierno, julio, justo he visto llover yo el pasado lunes, una lluvia que vino
desde el Amazonas cruzando los Andes, nadie recuerda algo así, y ríos que son
pobres de agua, laderas sin ninguna vegetación, dejaron correr agua con mucha
fuerza tanto que retorcía las vías del tren, y arrasó numerosas casas, en algún
lugar la capilla arrasada de raíz, en el salado, así fue, un pueblo pequeño
donde murieron cinco personas, en total más de cincuenta muertos, y además
desaparecidos. Los templos sirvieron de acogida para los dannificados y ahora
les ofrecen casitas de 30 o 50 metros cuadrados sin baño hasta que en unos años
quizá les hagan una casa.
Los misioneros Antonio y Enrique
están dedicados a sus parroquias, Antonio en la ciudad lleva dos parroquias que
en total son 10 capillas, cada una tiene sus Misas, comuniones, enfermos,
pastoral… con dos religiosas que le ayudan en una de ellas. Para casi 200.000
habitantes hay ocho parroquias de las que Antonio lleva dos. Enrique es párroco
en Huasco de 12.000 habitantes, una población costera y otras cuatro capillas.
En toda la diócesis de 280.000 h. hay trece sacerdotes diocesanos, los dos
misioneros valencianos y siete religiosos, franciscanos y salesianos. Con lo
que casi todos llevan dos parroquias y las múltiples capillas, y aún así
algunas están sin párroco, uno llevaba dos parroquias una a 150 kilómetros de
la otra, y con un desnivel desde la costa hasta casi 4000 metros de altura. La
de la costa con 20.000 habitantes y la de los andes con más de cinco mil. En
esta última y sus capillas, el Salvador, donde estuvo Maravillas, no hay
párroco, las obreras, ahora Pilar, se hacen cargo de toda la pastoral, y los
curas se turnan para decir una Misa a la semana.
Estamos en invierno, las mañanas
son frías y las tardes muy buenas. En estas fechas hay muchas fiestas, hartas,
dicen aquí. Nada más llegar estuve en San Pedro en Huasco, pues es el patrón y
es una ciudad con puerto y pescadores, con lo que san Pedro pescador se celebró
con procesiones y celebraciones de la Misa. Las procesiones muy curiosas, pues
participan bailes de aquí y de lejos, ofrecen bailar como una promesa por una
petición a Dios, y todos los ofrecidos en bailes que son como cofradías. Van
toda la procesión tocando instrumentos y bailando con trajes especiales que
solo usan para Dios. En la procesión del domingo por la tarde fue con paseo del
san Pedro en barca, en el que participamos todos los que quisimos, como cuatro
horas de procesión y después Misa de campaña.
“Rogad al Señor que envíe obreros
a su mies, pues mucha es la mies y pocos los obreros” nos dice el Señor, y así
es muchos andan como ovejas sin pastor. Tenemos que dar muchas gracias a Dios
por tener en cada entierro, cada domingo, cada boda, casi cada día la posibilidad
de celebrar la santa Misa en nuestra parroquia de Turís, y debemos pedir y
suscitar vocaciones, para nuestra diócesis y para las misiones. Os pido oraciones por el próximo campamento del Junior, para que sea
ocasión de crecer en la fe y el amor a Dios y al prójimo. Estoy aquí, pero
unido en la oración con los feligreses que el Señor me ha encomendado en Turís.
¡Un fuerte abrazo a todos! No os canséis de evangelizar en vuestro ambiente.
Arturo Javier
García
Vuestro
Párroco
CARTA ENCÍCLICA
LAUDATO SI’
DEL SANTO PADRE
FRANCISCO
SOBRE EL CUIDADO DE LA CASA COMÚN
Roma, 24 de mayo 2015 (vatican.va)
III. Ecología de la vida
cotidiana
147. Para que pueda
hablarse de un auténtico desarrollo, habrá que asegurar que se produzca una
mejora integral en la calidad de vida humana, y esto implica analizar el
espacio donde transcurre la existencia de las personas. Los escenarios que nos
rodean influyen en nuestro modo de ver la vida, de sentir y de actuar. A la
vez, en nuestra habitación, en nuestra casa, en nuestro lugar de trabajo y en
nuestro barrio, usamos el ambiente para expresar nuestra identidad. Nos
esforzamos para adaptarnos al medio y, cuando un ambiente es desordenado,
caótico o cargado de contaminación visual y acústica, el exceso de estímulos
nos desafía a intentar configurar una identidad integrada y feliz.
148. Es admirable la
creatividad y la generosidad de personas y grupos que son capaces de revertir
los límites del ambiente, modificando los efectos adversos de los
condicionamientos y aprendiendo a orientar su vida en medio del desorden y la
precariedad. Por ejemplo, en algunos lugares, donde las fachadas de los
edificios están muy deterioradas, hay personas que cuidan con mucha dignidad el
interior de sus viviendas, o se sienten cómodas por la cordialidad y la amistad
de la gente. La vida social positiva y benéfica de los habitantes derrama luz
sobre un ambiente aparentemente desfavorable. A veces es encomiable la ecología
humana que pueden desarrollar los pobres en medio de tantas limitaciones. La
sensación de asfixia producida por la aglomeración en residencias y espacios
con alta densidad poblacional se contrarresta si se desarrollan relaciones
humanas cercanas y cálidas, si se crean comunidades, si los límites del
ambiente se compensan en el interior de cada persona, que se siente contenida
por una red de comunión y de pertenencia. De ese modo, cualquier lugar deja de
ser un infierno y se convierte en el contexto de una vida digna.
149. También es cierto
que la carencia extrema que se vive en algunos ambientes que no poseen armonía,
amplitud y posibilidades de integración facilita la aparición de
comportamientos inhumanos y la manipulación de las personas por parte de
organizaciones criminales. Para los habitantes de barrios muy precarios, el
paso cotidiano del hacinamiento al anonimato social que se vive en las grandes
ciudades puede provocar una sensación de desarraigo que favorece las conductas
antisociales y la violencia. Sin embargo, quiero insistir en que el amor puede
más. Muchas personas en estas condiciones son capaces de tejer lazos de
pertenencia y de convivencia que convierten el hacinamiento en una experiencia
comunitaria donde se rompen las paredes del yo y se superan las barreras del
egoísmo. Esta experiencia de salvación comunitaria es lo que suele provocar
reacciones creativas para mejorar un edificio o un barrio[117].
150. Dada la
interrelación entre el espacio y la conducta humana, quienes diseñan edificios,
barrios, espacios públicos y ciudades necesitan del aporte de diversas
disciplinas que permitan entender los procesos, el simbolismo y los
comportamientos de las personas. No basta la búsqueda de la belleza en el
diseño, porque más valioso todavía es el servicio a otra belleza: la calidad de
vida de las personas, su adaptación al ambiente, el encuentro y la ayuda mutua.
También por eso es tan importante que las perspectivas de los pobladores
siempre completen el análisis del planeamiento urbano.
151. Hace falta cuidar
los lugares comunes, los marcos visuales y los hitos urbanos que acrecientan
nuestro sentido de pertenencia, nuestra sensación de arraigo, nuestro
sentimiento de «estar en casa» dentro de la ciudad que nos contiene y nos une.
Es importante que las diferentes partes de una ciudad estén bien integradas y que
los habitantes puedan tener una visión de conjunto, en lugar de encerrarse en
un barrio privándose de vivir la ciudad entera como un espacio propio
compartido con los demás. Toda intervención en el paisaje urbano o rural
debería considerar cómo los distintos elementos del lugar conforman un todo que
es percibido por los habitantes como un cuadro coherente con su riqueza de
significados. Así los otros dejan de ser extraños, y se los puede sentir como
parte de un « nosotros » que construimos juntos. Por esta misma razón, tanto en
el ambiente urbano como en el rural, conviene preservar algunos lugares donde
se eviten intervenciones humanas que los modifiquen constantemente.
152. La falta de
viviendas es grave en muchas partes del mundo, tanto en las zonas rurales como
en las grandes ciudades, porque los presupuestos estatales sólo suelen cubrir
una pequeña parte de la demanda. No sólo los pobres, sino una gran parte de la
sociedad sufre serias dificultades para acceder a una vivienda propia. La
posesión de una vivienda tiene mucho que ver con la dignidad de las personas y
con el desarrollo de las familias. Es una cuestión central de la ecología
humana. Si en un lugar ya se han desarrollado conglomerados caóticos de casas
precarias, se trata sobre todo de urbanizar esos barrios, no de erradicar y
expulsar. Cuando los pobres viven en suburbios contaminados o en conglomerados
peligrosos, «en el caso que se deba proceder a su traslado, y para no añadir
más sufrimiento al que ya padecen, es necesario proporcionar una información
adecuada y previa, ofrecer alternativas de alojamientos dignos e implicar
directamente a los interesados»[118]. Al mismo tiempo, la creatividad debería
llevar a integrar los barrios precarios en una ciudad acogedora: «¡Qué hermosas
son las ciudades que superan la desconfianza enfermiza e integran a los
diferentes, y que hacen de esa integración un nuevo factor de desarrollo! ¡Qué
lindas son las ciudades que, aun en su diseño arquitectónico, están llenas de
espacios que conectan, relacionan, favorecen el reconocimiento del otro![119]».
153. La calidad de vida
en las ciudades tiene mucho que ver con el transporte, que suele ser causa de
grandes sufrimientos para los habitantes. En las ciudades circulan muchos
automóviles utilizados por una o dos personas, con lo cual el tránsito se hace
complicado, el nivel de contaminación es alto, se consumen cantidades enormes
de energía no renovable y se vuelve necesaria la construcción de más autopistas
y lugares de estacionamiento que perjudican la trama urbana. Muchos
especialistas coinciden en la necesidad de priorizar el transporte público.
Pero algunas medidas necesarias difícilmente serán pacíficamente aceptadas por
la sociedad sin una mejora sustancial de ese transporte, que en muchas ciudades
significa un trato indigno a las personas debido a la aglomeración, a la
incomodidad o a la baja frecuencia de los servicios y a la inseguridad.
154. El reconocimiento de
la dignidad peculiar del ser humano muchas veces contrasta con la vida caótica
que deben llevar las personas en nuestras ciudades. Pero esto no debería hacer
perder de vista el estado de abandono y olvido que sufren también algunos
habitantes de zonas rurales, donde no llegan los servicios esenciales, y hay
trabajadores reducidos a situaciones de esclavitud, sin derechos ni
expectativas de una vida más digna.
155. La ecología humana
implica también algo muy hondo: la necesaria relación de la vida del ser humano
con la ley moral escrita en su propia naturaleza, necesaria para poder crear un
ambiente más digno. Decía Benedicto XVI que existe una «ecología del hombre»
porque «también el hombre posee una naturaleza que él debe respetar y que no
puede manipular a su antojo»[120]. En esta línea, cabe reconocer que nuestro
propio cuerpo nos sitúa en una relación directa con el ambiente y con los demás
seres vivientes. La aceptación del propio cuerpo como don de Dios es necesaria
para acoger y aceptar el mundo entero como regalo del Padre y casa común,
mientras una lógica de dominio sobre el propio cuerpo se transforma en una
lógica a veces sutil de dominio sobre la creación. Aprender a recibir el propio
cuerpo, a cuidarlo y a respetar sus significados, es esencial para una
verdadera ecología humana. También la valoración del propio cuerpo en su femineidad
o masculinidad es necesaria para reconocerse a sí mismo en el encuentro con el
diferente. De este modo es posible aceptar gozosamente el don específico del
otro o de la otra, obra del Dios creador, y enriquecerse recíprocamente. Por lo
tanto, no es sana una actitud que pretenda «cancelar la diferencia sexual
porque ya no sabe confrontarse con la misma»[121].
AGENDA PARROQUIAL – AVISOS
______________________________________________________________________
Liturgia de las Horas
Semana XVI del Tiempo Ordinario – IV Semana del
Salterio-
-Caritas
Lunes, 20:
Ropero, de 18 a 20 h.
Martes, 21:
Acogida de 16,30 a 17,30 h
Miércoles,
22: Reparto de Alimentos de 18
a 19 h.
Turnos: 4: de limpieza parroquial
Calles: Plaza : Cors Valencianes, Camino de Godelleta
Responsables: Carmen Diana y Milagros González
INTENCIONES DE MISA
Del 20 al 26 de Julio de 2015
-Lunes, 20
19,30 h. Santo Rosario
20,00 h. Santa Misa. Suf. Arturo Crespo Palmero. Suf. Vicente Blasco
Sanz y Alberto Pérez Domingo.
-Martes, 21
19,30 h. Santo Rosario
20,00 h. Santa Misa: Suf. Jesús Fons y Filomena Lacalle. Suf. Pilar
Soucase. Suf. María Hueso.
-Miércoles, 22: Sta. Mª Magdalena
19,30 h. Santo
Rosario
20,00 h. Santa Misa: Suf. Familia Félix Sauri. Suf. Baldomero Luján Martínez. En acción de gracias a
Santa Lucia y a Santa Gema.
-Jueves, 23
19,30 h. Santo Rosario
20,00 h. Santa Misa y Exposición Santísimo
Suf. José Lozano, Amparo Llopis e hijo Francisco. Isabel Benavent y
Francisco Navarro. Suf. Consuelo Estelles y sus padres. Suf. Luis Godoy,
Milagros Barea y difuntos de la familia. Suf. Roberto Sastre.
-Viernes, 24
9,00 h. Santa Misa en la Ermita V.D.G.
Suf. Jaime Lozano,
Consuelo Higón y difuntos de la familia.
-Sábado, 25: Santiago Apóstol
19, 30 h. Ejercicio
vespertino: Sabatina
20,00 h. Santa Misa vespertina: Domingo XVII del
Tiempo Ordinario
Suf. Jaime Picó Villalba y Matías Piles. Suf. Jaime Gimenez, Teresa Ruiz y
el niño Alejandro. Suf. Rafael Ballester y sus hijas Amalia y Rosario y
difuntos de la familia. Suf. Lolita Benavent Lozano y difuntos de la familia.
Suf. Paco Nogueroles Añón y padres Jaime y María. Suf. Vicente López Lozano.
Suf. Jaime Crespo Almonacil. Suf. Ricardo Guaita y Dolores Puchades. Suf.
Andrés Centelles y sus padres. Suf. José Luján Monfort. Suf. Enrique Pardo
Vila. Suf. Rafael Pardo Tarín. Suf. Jaime Añón Fons. Suf. María Edelmira
Cervera Casañy y difuntos de la familia. Suf. Vicente López Lozano. Suf.
Rosario Ibáñez Llopis. Suf. Jaime González Soucase y difuntos de la familia.
Suf. Miguel Ricau, Purificación Ibáñez y difuntos de la familia. Suf. Julia
Martínez y Baldomero Luján
Domingo, 26: Domingo XVII del Tiempo Ordinario
9,00 h. SANTA
MISA.
12,00 h SANTA MISA - PRO POPULO-
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