La Novena a la Virgen: nuestro regalo
Como la Virgen
María es nuestra Madre, seguro que el mejor regalo que le podemos ofrecer en el
recuerdo de su advocación como Madre de los Dolores Gloriosos, es nuestra
compañía, estar un rato cada día durante nueve días, y además estar con tantos
otros hijos, todos juntos, cantando lo mismo, escuchando la Palabra de Dios, el
Padre de todos, esposos de la Virgen, y centrados en Cristo, el Hijo de María,
nuestro hermano mayor, que se hace presente en este homenaje, visita, memoria,
regalo a María, la Virgen de los Dolores Gloriosos, durante nueve días. Sin
duda que esta es parte de la Gloria que María disfruta por Cristo su hijo, el
vernos cada noche dispuestos a estar este rato con ella.
Pero el regalo,
como con todo lo que hacemos en la Iglesia es más aún para nosotros, pues
acudir a la Madre es una ventaja segura porque algo te dice la madre bonito
porque te quiere y te manifiesta su amor, porque te da algún buen consejo,
porque no te engaña, porque seguro te da algo que necesitas, pues la Madre vive
para los hijos, porque te enseña, porque te hace ser mejor hermano, porque te
ofrece a Jesús... María es
sin pecado, y nosotros por el Bautismo también, un bueno consejo es confesarnos
para la novena, para que nada obstaculice la gracia de Dios que vamos a recibir.
Regalarse pues uno en compañía de María
descansa, se recrea, se repone, se descongela o se refresca, según necesidad,
te fortaleces, te autoestimas por su caridad para con nosotros, te cuidas
recibiendo sus cuidados maternos… en definitiva uno sale de la novena crecido,
descansado, con más vigor para ser lo que cada uno queremos ser y que nuestra
madre nos ayuda a conseguir cambiar, para ser mejores, más cristianos.
La Virgen nos ayuda a querernos más porque
nos llama a un futuro siempre abierto, esperanzado, a que nuestro futuro está
con ella, nos llama a la Vida eterna, nos recuerda que el cielo no es una meta
utópica, inventada, falsa, no es un engaño porque ella está allí, es la Virgen
de los Dolores Glorioso porque está ya en la Gloria, si no fuese así no
podríamos recibir su ayuda, su intercesión, no pediríamos un muerto, por muy
ilustre que fuese ayuda. Además María nos dice que el Cielo no es para unos
pocos, sino que es para todos sus hijos, para eso somos cristianos. María no se
resigna a una vida eterna sin sus hijos, por eso nos anima a dejar otros
caminos de falsa felicidad transitoria, como es perseguir el dinero, la fama,
otros placeres; el único camino seguro es el del cielo, el de seguir a Cristo,
sea en pobreza o riqueza, salud o enfermedad, gloria o descredito… En este
camino pase lo que pase no se pierde la esperanza y la caridad, con la luz de
la fe que nos alumbra para no perderlo. ¡Qué bueno que María nos llame a algo
tan grande, la eterna felicidad!
Para esto María nos presenta a Jesús,
estar con María es mirar a Jesús, tanto si rezas el Rosario, o el Magníficat, o
escuchas el Evangelio en la novena, o rezas el Ave María, la Salve… e
protagonista es Cristo siempre, y en nuestra advocación de la Virgen de los
Dolores Gloriosos, que se celebra justo el día después de la Exaltación de
Cristo crucificado, María nos pone delante el amor de Dios en Cristo
crucificado. No hay imagen más amable, más pedagógica, más sugerente para el
bien, el perdón la paciencia que ver a Cristo, que es Dios, crucificado,
muriendo por nosotros, y cómo él lo hace, como oveja llevada al matadero,
renunciando a toda violencia, manso y humilde. Nada hay que te regale tanto,
que te fortalezca por dentro que ver que te aman, que te han puesto un precio
tan alto como es la sangre de Cristo, te pueden decir “tú sí que vales” la
Virgen nos recuerda lo que valemos para Cristo, que sabe más que nadie lo que
somos, es una apreciación autorizada, la más.
Además María al ser nuestra Madre nos
recuerda que Cristo ha venido y se ha sacrificado para que Dios sea nuestro
padre, de la Cruz mana el sacramento del Bautismo que nos hace hijos del Padre
en la Madre. Es un gran regalo tener a Dios por padre, como Cristo nos lo
presenta en Evangelio, ninguna otra religión tiene un padre tan bueno,
comprometido y dadivoso.
Pero todo esto nos lo propone María porque
ella es la Llena del Espíritu Santo y nos llama a nosotros a lo mismo a
llenarnos del Espíritu Santo en el Bautismo en la Confirmación, ¿Cómo ser
devoto de la Virgen de los Dolores Glorioso y no recibir la Confirmación? Es un
despropósito porque la Virgen para ser lo que es fue llena del Espíritu Santo,
es la cualidad que le dice el Ángel, “llena de gracia”. Por eso María quiere lo
mismo para sus hijos, para parecernos a ella, para tener a Dios dentro de
nosotros y como ella poder ser testigos de Cristo, comprender la Palabra que el
Espíritu Santo ha inspirado y vivirla en Espíritu y Verdad.
Y claro dentro de la Iglesia, cuerpo de
Cristo, de la que María es imagen, pues una madre siempre busca al unión de los
hijos, y Jesús como hermano no dispuso la salvación como un mérito propio o un
camino individual, sino que desde el ejemplo del pueblo de Israel, hasta la
elección de unos discípulos que viven en comunidad, de ahí que la salvación
está vinculada a nuestra relación de hermanos. Como fue preguntado Caín,
también a nosotros nos pregunta Cristo ¿Dónde está tu hermano? No podemos ser
hijos de María sin perdonar, sin alegrarnos de vernos en la Iglesia con buenos
y malos, solo Dios nos puede juzgar, pero Él llama a todos. María nos ayuda a
mar a nuestros hermanos, a perdonarlos, a quererlos con un amor puro
desinteresado.
Vamos a tener en nuestra parroquia un año
más unos días de novena que son como un balneario muy bueno, y caro pues el
precio es la sangre de Cristo, para nuestra alma, par su recreo, para su regalo
muchos podremos vivirlo desde la nueve de la mañana en la Misa, y muchos más en
la novena de la noche. ¡Dios nos regale el poder ir los nueve días!
¡Disfrútalos, saca todo su fruto!
Arturo
Javier García
Vuestro
Párroco
La oración en Familia
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
Después de haber reflexionado sobre cómo la familia vive los
tiempos de la fiesta y del trabajo, consideramos ahora el tiempo de la oración.
La queja más frecuente de los cristianos tiene que ver precisamente con el
tiempo: “Debería rezar más…; quisiera hacerlo, pero a menudo me falta tiempo”.
Escuchamos esto continuamente. El disgusto es sincero, ciertamente, porque el
corazón humano busca siempre la oración, incluso sin saberlo; y no tiene paz si
no la encuentra. Pero para que se encuentre, es necesario cultivar en el
corazón un amor “cálido” por Dios, un amor afectivo.
Podemos hacernos una pregunta muy simple. Está bien creer en Dios
con todo el corazón, está bien esperar que nos ayude en las dificultades, está
bien sentir el deber de agradecerle. Todo bien. Pero, ¿lo queremos algo también
al Señor? ¿El pensamiento de Dios nos conmueve, nos asombra, nos enternece?
Pensemos a la formulación del gran mandamiento, que sostiene a
todos los demás: “Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu
alma y con todo tu espíritu”. La fórmula usa el lenguaje intenso del amor,
derramándolo sobre Dios. Entonces, el espíritu de oración vive principalmente
aquí. Y si vive aquí, vive todo el tiempo y no se va nunca. ¿Podemos pensar en
Dios como la caricia que nos mantiene con vida, antes de la cual no hay nada?
¿Una caricia de la cual nada, ni siguiera la muerte, nos puede separar? ¿O lo
pensamos solo como el gran Ser, el Todopoderoso que ha creado todas las cosas,
el Juez que controla cada acción? Todo es verdad, naturalmente.
Pero solo cuando Dios es el afecto de todos nuestros afectos, el
significado de estas palabras se hace pleno. Entonces nos sentimos felices, y
también un poco confundidos, porque Él piensa en nosotros ¡y sobretodo nos ama!
¿No es impresionante esto? ¿No es impresionante que Dios nos acaricie con amor
de padre? Es muy hermoso, muy hermoso. Podía simplemente darse a conocer como
el Ser supremo, dar sus mandamientos y esperar los resultados. En cambio Dios
ha hecho y hace infinitamente más que eso. Nos acompaña en el camino de la
vida, nos protege, nos ama.
Si el afecto por Dios no enciende el fuego, el espíritu de la
oración no calienta el tiempo. Podemos también multiplicar nuestras palabras,
“como hacen los paganos”, decía Jesús; o también mostrar nuestros ritos, “como
hacen los fariseos”. Un corazón habitado por el amor a Dios convierte en
oración incluso un pensamiento sin palabras, o una invocación delante de una
imagen sagrada, o un beso enviado hacia la iglesia.
Es hermoso cuando las madres enseñan a los hijos pequeños a mandar
un beso a Jesús o a la Virgen. ¡Cuánta ternura hay en eso! En aquel momento el
corazón de los niños se transforma en lugar de oración. Y es un don del
Espíritu Santo. ¡No olvidemos nunca pedir este don para cada uno de nosotros!
El Espíritu de Dios tiene su modo especial de decir en nuestros corazones
“Abbà”, “Padre”, nos enseña a decir padre precisamente como lo decía Jesús, un
modo que no podremos nunca encontrar solos. Este don del Espíritu es en familia
donde se aprende a pedirlo y a apreciarlo. Si lo aprendes con la misma
espontaneidad con la que aprendes a decir “papá” y “mamá”, lo has aprendido
para siempre. Cuando esto sucede, el tiempo de la entera vida familiar viene
envuelto en el vientre del amor de Dios, y busca espontáneamente el tiempo de
la oración.
El tiempo de la familia, lo sabemos bien, es un tiempo complicado
y concurrido, ocupado y preocupado. Siempre es poco, no basta nunca. Siempre
hay tantas cosas que hacer. Quien tiene una familia aprende pronto a resolver
una ecuación que ni siquiera los grandes matemáticos saben resolver: ¡dentro de
las veinticuatro horas consigue que haya el doble! Es así ¿eh? ¡Existen mamás y
papás que podrían ganar el Nobel por esto! ¿eh? ¡De 24 horas hacen 48! No sé
cómo lo hacen, pero se mueven y hacen. Hay tanto trabajo en la familia.
El espíritu de la oración restituye el tiempo a Dios, sale de la
obsesión de una vida a la que le falta siempre el tiempo, reencuentra la paz de
las cosas necesarias y descubre la alegría de los dones inesperados. Unas
buenas guías para esto son las dos hermanas Marta y María, de quienes habla el
Evangelio que hemos escuchado; ellas aprendieron de Dios la armonía de los
ritmos familiares: la belleza de la fiesta, la serenidad del trabajo, el
espíritu de oración. La visita de Jesús, a quien querían mucho, era su fiesta.
Un día, sin embargo, Marta aprendió que el trabajo de la hospitalidad, si bien
es importante, no lo es todo, sino que escuchar al Señor, como hacía María, era
la cosa verdaderamente esencial, la “parte mejor” del tiempo.
Que la oración brote de la escucha de Jesús, de la lectura del
Evangelio, no olviden... cada día leer un pasaje del Evangelio. La oración
brote de la confianza con la Palabra de Dios. ¿Hay esta confianza en nuestra
familia? ¿Tenemos en casa el Evangelio? ¿Lo abrimos alguna vez para leerlo
juntos? ¿Lo meditamos rezando el Rosario? El Evangelio leído y meditado en
familia es como un pan bueno que nutre el corazón de todos. Y por la mañana y
por la noche, y cuando nos sentamos en la mesa, aprendamos a decir juntos una
oración, con mucha sencillez: es Jesús el que viene entre nosotros, como iba en
la familia de Marta, María y Lázaro.
Una cosa que tengo en el corazón, que he visto en las ciudades...
¡Hay niños que no han aprendido a hacer la señal de la cruz! Tú, mamá, papá,
enseña a tu niño a rezar, a hacer la señal de la cruz. Esta es una tarea
hermosa de las mamás y de los papás.
En la oración de la familia, en sus momentos fuertes y en sus
pasos difíciles, somos confiados los unos a los otros, para que cada uno de
nosotros en la familia sea custodiado por el amor de Dios. Gracias.
AGENDA PARROQUIAL –
AVISOS
______________________________________________________________________
Liturgia de las Horas
Semana
XIX del Tiempo Ordinario – III Semana del Salterio-
La solemnidad de la Consagración del Templo
El próximo lunes 31 hará, desde 1777, como está escrito en la
fachada principal del Templo, 238 años desde que el Obispo Fabian y Fuero, con
el arquitecto Gilabert, el Canónigo Lores y el párroco de Turís, con otras
autoridades, recorrieron detalle a detalle cuatro horas la Iglesia y luego se
celebró la Misa de consagración del nuevo templo.
Este acontecimiento cada Iglesia lo celebra con solemnidad, es una
fiesta de precepto. Únete el lunes a las 20 horas a esta efeméride tan importante
de nuestra parroquia.
Turnos: 3 de limpieza parroquial
Calles: Pi Gros y La Seba
Responsables: Carmen
Diana y Milagro González.
INTENCIONES DE MISA
Del
31 de agosto al 6 de septiembre de 2015
-Lunes, 31 Solemnidad:
Consagración del Templo.
19’30 h. Santo Rosario
20,00
h. Santa Misa: Suf. Pilar Boira Casanova y sus
hijos Francisco Salvador y Pilar Díaz Boira. Suf. Pilar Boira
Casanova y sus hijos Francisco Salvador y Pilar Díaz Boira.
-Martes, 1. Fiesta de Nuestra
Señora la Virgen del Puig.
19’30 h. Santo Rosario
20,00
h. Santa Misa: Suf. Ana Añón Sancho y familia
Crespo Añón. Suf. Alberto Pérez Domingo y sus padres, Vicente y María. En
acción de gracias de una persona devota.
-Miércoles, 2
19’30 h. Santo Rosario
20’00 h. Santa Misa.
-Jueves, 3: San Gregorio Magno
9’00
h. Santa Misa: Suf. Felipe Añón Puchades. Suf. Camareras,
Elets y todos los difuntos de la cofradía. En acción de gracias a la Virgen de
los Dolores Gloriosos de Consuelo Higón de Francia. Suf. Dolores Higón Iranzo.
Suf. Dolores Lladró García, hijo y nietos.
22’15 h Novena a la Virgen de los Dolores
Gloriosos. Primer día.
-Viernes, 4
9’00
h. Santa Misa: En acción de gracias a la Virgen
de una persona devota. Suf. Felipe Añón Puchades. Suf. Camareras, Elets y todos
los difuntos de la cofradía. Suf. Ramón Escobar y Concepción Sancho Tello. Suf.
Emilia y Pilar Soucase Algarra. Suf. José Fons Nogueroles y Amparo García
Quiles. Suf. Juan García Soucase y Vicenta Palmero González. Suf. José, Anita,
Juan Alonso y Pepe Palmero. Suf. Dolores Lladró García, hijo y nietos. Suf.
José Crespo Añón y Encarnación Aparisi Piles. Suf. Teresa y Milagro Picó
Quiles.
22’15 h Novena a la Virgen de los Dolores
Gloriosos. Segundo día.
-Sábado, 5
18’00
BAUTIZO: Dylan Valero Colorado y David Martínez Guaita
18’45 Sabatina
19,00
h. Novena, tercer día, y Santa Misa: Domingo XXII T.O. Suf. Felipe
Añón Puchades. Suf. Camareras, Elets y todos los difuntos de la cofradía. Suf.
Familia Vicente Navarro. En
acción de gracias a la Virgen de los Dolores Gloriosos de Consuelo Higón de
Francia. En acción de gracias de una persona devota. Suf. Ramón Puchades y
María Benaches. Suf. Francisco Almonacil García, Micaela Llopis Crespo y
familia. Suf. Familia Cabrelles Latorre. Suf. Dolores Lladró García, hijo y
nietos. Suf. Sebastián Picó Quiles y María Lozano Benlloch. Suf. Francisco Beza
Picó.
Domingo, 6: Domingo XXII T.O.
9,00
h. Santa Misa: Suf. Felipe Añón Puchades. Suf.
Camareras, Elets y todos los difuntos de la cofradía. Suf. Merichel Pérez
Soucase. Suf. Dolores Lladró García, hijo y nietos.
12,00
h. Misa Mayor - PRO POPULO-
13’00
BAUTIZO: Alicia Katalina Menéndez Malea
22’15 h Novena a la Virgen de los Dolores
Gloriosos. Cuarto día.
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