martes, 1 de septiembre de 2015

Agenda parroquial de la semana



La Novena a la Virgen: nuestro regalo
Como la Virgen María es nuestra Madre, seguro que el mejor regalo que le podemos ofrecer en el recuerdo de su advocación como Madre de los Dolores Gloriosos, es nuestra compañía, estar un rato cada día durante nueve días, y además estar con tantos otros hijos, todos juntos, cantando lo mismo, escuchando la Palabra de Dios, el Padre de todos, esposos de la Virgen, y centrados en Cristo, el Hijo de María, nuestro hermano mayor, que se hace presente en este homenaje, visita, memoria, regalo a María, la Virgen de los Dolores Gloriosos, durante nueve días. Sin duda que esta es parte de la Gloria que María disfruta por Cristo su hijo, el vernos cada noche dispuestos a estar este rato con ella.
Pero el regalo, como con todo lo que hacemos en la Iglesia es más aún para nosotros, pues acudir a la Madre es una ventaja segura porque algo te dice la madre bonito porque te quiere y te manifiesta su amor, porque te da algún buen consejo, porque no te engaña, porque seguro te da algo que necesitas, pues la Madre vive para los hijos, porque te enseña, porque te hace ser mejor hermano, porque te ofrece a Jesús... María es sin pecado, y nosotros por el Bautismo también, un bueno consejo es confesarnos para la novena, para que nada obstaculice la gracia de Dios que vamos a recibir.
Regalarse pues uno en compañía de María descansa, se recrea, se repone, se descongela o se refresca, según necesidad, te fortaleces, te autoestimas por su caridad para con nosotros, te cuidas recibiendo sus cuidados maternos… en definitiva uno sale de la novena crecido, descansado, con más vigor para ser lo que cada uno queremos ser y que nuestra madre nos ayuda a conseguir cambiar, para ser mejores, más cristianos.
La Virgen nos ayuda a querernos más porque nos llama a un futuro siempre abierto, esperanzado, a que nuestro futuro está con ella, nos llama a la Vida eterna, nos recuerda que el cielo no es una meta utópica, inventada, falsa, no es un engaño porque ella está allí, es la Virgen de los Dolores Glorioso porque está ya en la Gloria, si no fuese así no podríamos recibir su ayuda, su intercesión, no pediríamos un muerto, por muy ilustre que fuese ayuda. Además María nos dice que el Cielo no es para unos pocos, sino que es para todos sus hijos, para eso somos cristianos. María no se resigna a una vida eterna sin sus hijos, por eso nos anima a dejar otros caminos de falsa felicidad transitoria, como es perseguir el dinero, la fama, otros placeres; el único camino seguro es el del cielo, el de seguir a Cristo, sea en pobreza o riqueza, salud o enfermedad, gloria o descredito… En este camino pase lo que pase no se pierde la esperanza y la caridad, con la luz de la fe que nos alumbra para no perderlo. ¡Qué bueno que María nos llame a algo tan grande, la eterna felicidad!
Para esto María nos presenta a Jesús, estar con María es mirar a Jesús, tanto si rezas el Rosario, o el Magníficat, o escuchas el Evangelio en la novena, o rezas el Ave María, la Salve… e protagonista es Cristo siempre, y en nuestra advocación de la Virgen de los Dolores Gloriosos, que se celebra justo el día después de la Exaltación de Cristo crucificado, María nos pone delante el amor de Dios en Cristo crucificado. No hay imagen más amable, más pedagógica, más sugerente para el bien, el perdón la paciencia que ver a Cristo, que es Dios, crucificado, muriendo por nosotros, y cómo él lo hace, como oveja llevada al matadero, renunciando a toda violencia, manso y humilde. Nada hay que te regale tanto, que te fortalezca por dentro que ver que te aman, que te han puesto un precio tan alto como es la sangre de Cristo, te pueden decir “tú sí que vales” la Virgen nos recuerda lo que valemos para Cristo, que sabe más que nadie lo que somos, es una apreciación autorizada, la más.
Además María al ser nuestra Madre nos recuerda que Cristo ha venido y se ha sacrificado para que Dios sea nuestro padre, de la Cruz mana el sacramento del Bautismo que nos hace hijos del Padre en la Madre. Es un gran regalo tener a Dios por padre, como Cristo nos lo presenta en Evangelio, ninguna otra religión tiene un padre tan bueno, comprometido y dadivoso.
Pero todo esto nos lo propone María porque ella es la Llena del Espíritu Santo y nos llama a nosotros a lo mismo a llenarnos del Espíritu Santo en el Bautismo en la Confirmación, ¿Cómo ser devoto de la Virgen de los Dolores Glorioso y no recibir la Confirmación? Es un despropósito porque la Virgen para ser lo que es fue llena del Espíritu Santo, es la cualidad que le dice el Ángel, “llena de gracia”. Por eso María quiere lo mismo para sus hijos, para parecernos a ella, para tener a Dios dentro de nosotros y como ella poder ser testigos de Cristo, comprender la Palabra que el Espíritu Santo ha inspirado y vivirla en Espíritu y Verdad.
Y claro dentro de la Iglesia, cuerpo de Cristo, de la que María es imagen, pues una madre siempre busca al unión de los hijos, y Jesús como hermano no dispuso la salvación como un mérito propio o un camino individual, sino que desde el ejemplo del pueblo de Israel, hasta la elección de unos discípulos que viven en comunidad, de ahí que la salvación está vinculada a nuestra relación de hermanos. Como fue preguntado Caín, también a nosotros nos pregunta Cristo ¿Dónde está tu hermano? No podemos ser hijos de María sin perdonar, sin alegrarnos de vernos en la Iglesia con buenos y malos, solo Dios nos puede juzgar, pero Él llama a todos. María nos ayuda a mar a nuestros hermanos, a perdonarlos, a quererlos con un amor puro desinteresado.
Vamos a tener en nuestra parroquia un año más unos días de novena que son como un balneario muy bueno, y caro pues el precio es la sangre de Cristo, para nuestra alma, par su recreo, para su regalo muchos podremos vivirlo desde la nueve de la mañana en la Misa, y muchos más en la novena de la noche. ¡Dios nos regale el poder ir los nueve días! ¡Disfrútalos, saca todo su fruto!
Arturo Javier García
Vuestro Párroco

La oración en Familia
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
Después de haber reflexionado sobre cómo la familia vive los tiempos de la fiesta y del trabajo, consideramos ahora el tiempo de la oración. La queja más frecuente de los cristianos tiene que ver precisamente con el tiempo: “Debería rezar más…; quisiera hacerlo, pero a menudo me falta tiempo”. Escuchamos esto continuamente. El disgusto es sincero, ciertamente, porque el corazón humano busca siempre la oración, incluso sin saberlo; y no tiene paz si no la encuentra. Pero para que se encuentre, es necesario cultivar en el corazón un amor “cálido” por Dios, un amor afectivo.
Podemos hacernos una pregunta muy simple. Está bien creer en Dios con todo el corazón, está bien esperar que nos ayude en las dificultades, está bien sentir el deber de agradecerle. Todo bien. Pero, ¿lo queremos algo también al Señor? ¿El pensamiento de Dios nos conmueve, nos asombra, nos enternece?
Pensemos a la formulación del gran mandamiento, que sostiene a todos los demás: “Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todo tu espíritu”. La fórmula usa el lenguaje intenso del amor, derramándolo sobre Dios. Entonces, el espíritu de oración vive principalmente aquí. Y si vive aquí, vive todo el tiempo y no se va nunca. ¿Podemos pensar en Dios como la caricia que nos mantiene con vida, antes de la cual no hay nada? ¿Una caricia de la cual nada, ni siguiera la muerte, nos puede separar? ¿O lo pensamos solo como el gran Ser, el Todopoderoso que ha creado todas las cosas, el Juez que controla cada acción? Todo es verdad, naturalmente.
Pero solo cuando Dios es el afecto de todos nuestros afectos, el significado de estas palabras se hace pleno. Entonces nos sentimos felices, y también un poco confundidos, porque Él piensa en nosotros ¡y sobretodo nos ama! ¿No es impresionante esto? ¿No es impresionante que Dios nos acaricie con amor de padre? Es muy hermoso, muy hermoso. Podía simplemente darse a conocer como el Ser supremo, dar sus mandamientos y esperar los resultados. En cambio Dios ha hecho y hace infinitamente más que eso. Nos acompaña en el camino de la vida, nos protege, nos ama.
Si el afecto por Dios no enciende el fuego, el espíritu de la oración no calienta el tiempo. Podemos también multiplicar nuestras palabras, “como hacen los paganos”, decía Jesús; o también mostrar nuestros ritos, “como hacen los fariseos”. Un corazón habitado por el amor a Dios convierte en oración incluso un pensamiento sin palabras, o una invocación delante de una imagen sagrada, o un beso enviado hacia la iglesia.
Es hermoso cuando las madres enseñan a los hijos pequeños a mandar un beso a Jesús o a la Virgen. ¡Cuánta ternura hay en eso! En aquel momento el corazón de los niños se transforma en lugar de oración. Y es un don del Espíritu Santo. ¡No olvidemos nunca pedir este don para cada uno de nosotros! El Espíritu de Dios tiene su modo especial de decir en nuestros corazones “Abbà”, “Padre”, nos enseña a decir padre precisamente como lo decía Jesús, un modo que no podremos nunca encontrar solos. Este don del Espíritu es en familia donde se aprende a pedirlo y a apreciarlo. Si lo aprendes con la misma espontaneidad con la que aprendes a decir “papá” y “mamá”, lo has aprendido para siempre. Cuando esto sucede, el tiempo de la entera vida familiar viene envuelto en el vientre del amor de Dios, y busca espontáneamente el tiempo de la oración.
El tiempo de la familia, lo sabemos bien, es un tiempo complicado y concurrido, ocupado y preocupado. Siempre es poco, no basta nunca. Siempre hay tantas cosas que hacer. Quien tiene una familia aprende pronto a resolver una ecuación que ni siquiera los grandes matemáticos saben resolver: ¡dentro de las veinticuatro horas consigue que haya el doble! Es así ¿eh? ¡Existen mamás y papás que podrían ganar el Nobel por esto! ¿eh? ¡De 24 horas hacen 48! No sé cómo lo hacen, pero se mueven y hacen. Hay tanto trabajo en la familia.
El espíritu de la oración restituye el tiempo a Dios, sale de la obsesión de una vida a la que le falta siempre el tiempo, reencuentra la paz de las cosas necesarias y descubre la alegría de los dones inesperados. Unas buenas guías para esto son las dos hermanas Marta y María, de quienes habla el Evangelio que hemos escuchado; ellas aprendieron de Dios la armonía de los ritmos familiares: la belleza de la fiesta, la serenidad del trabajo, el espíritu de oración. La visita de Jesús, a quien querían mucho, era su fiesta. Un día, sin embargo, Marta aprendió que el trabajo de la hospitalidad, si bien es importante, no lo es todo, sino que escuchar al Señor, como hacía María, era la cosa verdaderamente esencial, la “parte mejor” del tiempo.
Que la oración brote de la escucha de Jesús, de la lectura del Evangelio, no olviden... cada día leer un pasaje del Evangelio. La oración brote de la confianza con la Palabra de Dios. ¿Hay esta confianza en nuestra familia? ¿Tenemos en casa el Evangelio? ¿Lo abrimos alguna vez para leerlo juntos? ¿Lo meditamos rezando el Rosario? El Evangelio leído y meditado en familia es como un pan bueno que nutre el corazón de todos. Y por la mañana y por la noche, y cuando nos sentamos en la mesa, aprendamos a decir juntos una oración, con mucha sencillez: es Jesús el que viene entre nosotros, como iba en la familia de Marta, María y Lázaro.
Una cosa que tengo en el corazón, que he visto en las ciudades... ¡Hay niños que no han aprendido a hacer la señal de la cruz! Tú, mamá, papá, enseña a tu niño a rezar, a hacer la señal de la cruz. Esta es una tarea hermosa de las mamás y de los papás.
En la oración de la familia, en sus momentos fuertes y en sus pasos difíciles, somos confiados los unos a los otros, para que cada uno de nosotros en la familia sea custodiado por el amor de Dios. Gracias.

AGENDA PARROQUIAL – AVISOS
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Liturgia de las Horas
Semana XIX del Tiempo Ordinario – III Semana del Salterio-
La solemnidad de la Consagración del Templo
El próximo lunes 31 hará, desde 1777, como está escrito en la fachada principal del Templo, 238 años desde que el Obispo Fabian y Fuero, con el arquitecto Gilabert, el Canónigo Lores y el párroco de Turís, con otras autoridades, recorrieron detalle a detalle cuatro horas la Iglesia y luego se celebró la Misa de consagración del nuevo templo.
Este acontecimiento cada Iglesia lo celebra con solemnidad, es una fiesta de precepto. Únete el lunes a las 20 horas a esta efeméride tan importante de nuestra parroquia.

Turnos: 3 de limpieza parroquial
Calles: Pi Gros y La Seba
Responsables: Carmen Diana y Milagro González.

INTENCIONES DE MISA
Del 31 de agosto al 6 de septiembre de 2015
-Lunes, 31 Solemnidad: Consagración del Templo.
19’30 h. Santo Rosario
20,00 h. Santa Misa: Suf. Pilar Boira Casanova y sus hijos Francisco Salvador y Pilar Díaz Boira. Suf. Pilar Boira Casanova y sus hijos Francisco Salvador y Pilar Díaz Boira.
-Martes, 1. Fiesta de Nuestra Señora la Virgen del Puig.
19’30 h. Santo Rosario
20,00 h. Santa Misa: Suf. Ana Añón Sancho y familia Crespo Añón. Suf. Alberto Pérez Domingo y sus padres, Vicente y María. En acción de gracias de una persona devota.
-Miércoles, 2
19’30 h. Santo Rosario
20’00 h. Santa Misa.
-Jueves, 3: San Gregorio Magno
9’00 h. Santa Misa: Suf. Felipe Añón Puchades. Suf. Camareras, Elets y todos los difuntos de la cofradía. En acción de gracias a la Virgen de los Dolores Gloriosos de Consuelo Higón de Francia. Suf. Dolores Higón Iranzo. Suf. Dolores Lladró García, hijo y nietos.
22’15 h Novena a la Virgen de los Dolores Gloriosos. Primer día.
-Viernes, 4
9’00 h. Santa Misa: En acción de gracias a la Virgen de una persona devota. Suf. Felipe Añón Puchades. Suf. Camareras, Elets y todos los difuntos de la cofradía. Suf. Ramón Escobar y Concepción Sancho Tello. Suf. Emilia y Pilar Soucase Algarra. Suf. José Fons Nogueroles y Amparo García Quiles. Suf. Juan García Soucase y Vicenta Palmero González. Suf. José, Anita, Juan Alonso y Pepe Palmero. Suf. Dolores Lladró García, hijo y nietos. Suf. José Crespo Añón y Encarnación Aparisi Piles. Suf. Teresa y Milagro Picó Quiles.
22’15 h Novena a la Virgen de los Dolores Gloriosos. Segundo día.
-Sábado, 5
18’00 BAUTIZO: Dylan Valero Colorado y David Martínez Guaita
18’45 Sabatina
19,00 h. Novena, tercer día, y Santa Misa: Domingo XXII T.O. Suf. Felipe Añón Puchades. Suf. Camareras, Elets y todos los difuntos de la cofradía. Suf. Familia Vicente Navarro. En acción de gracias a la Virgen de los Dolores Gloriosos de Consuelo Higón de Francia. En acción de gracias de una persona devota. Suf. Ramón Puchades y María Benaches. Suf. Francisco Almonacil García, Micaela Llopis Crespo y familia. Suf. Familia Cabrelles Latorre. Suf. Dolores Lladró García, hijo y nietos. Suf. Sebastián Picó Quiles y María Lozano Benlloch. Suf. Francisco Beza Picó.
Domingo, 6: Domingo XXII T.O.
9,00 h. Santa Misa: Suf. Felipe Añón Puchades. Suf. Camareras, Elets y todos los difuntos de la cofradía. Suf. Merichel Pérez Soucase. Suf. Dolores Lladró García, hijo y nietos.
12,00 h. Misa Mayor - PRO POPULO-
13’00 BAUTIZO: Alicia Katalina Menéndez Malea
22’15 h Novena a la Virgen de los Dolores Gloriosos. Cuarto día.

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